A lo largo de mi vida como profesional y aficionada a la moda, he tenido la suerte de conocer de cerca proyectos de moda preciosos y lo más importante, a las profesionales que había detrás de estos proyectos. Marcas pequeñas que como Jostun, intentamos encontrar un lugar en un mundo muy complejo como es el sector textil .
El perfil que tenemos muchas de las creadoras/ creativas con las que me he topado, es en el fondo muy parecido. Profesionales a las que nos apasiona crear, conocer procesos nuevos, investigar técnicas que no conocemos, aprender, aprender y aprender, compartir conocimientos, animarnos cuando pasamos por un mal momento… Porque aunque la historia o el patriarcado, haya intentado retratarnos como hombres y mujeres competitivas, frías e individualistas, la realidad es infinitamente diferente, os lo aseguro.
También existen coincidencias en algunas de las virtudes que NO tenemos. No tenemos espíritu empresarial. Uno de los defectos con mayúsculas que puedes tener cuándo intentas lanzar una marca. Y es que, aunque sea un perfil que muchas rechazamos por la connotación que tiene, la realidad es que tenemos una empresa y deberíamos saber gestionarla. Y no estamos preparadas. Porque no nos hemos formado para tenerlo, ni hemos nacido con él. Lo que hemos aprendido ha sido a través de años experiencia y de tropezar y levantarnos muchas veces.
El mes pasado mi hermana me enviaba el enlace de un reportaje sobre una nueva empresa de Moda Sostenible. Tres estudiantes de 22 años del grado de Liderazgo Emprendedor e Innovación que habían creado una marca “para hacer aflorar la esencia personal” Al final del texto uno de los socios afirmaba «Hemos conocido gente que nos ha ayudado, hemos creado una marca de ropa sin tener ni idea… Nos hemos dado cuenta de que no hace falta saber de nada en concreto, sino saber lo que quieres, con qué recursos cuentas y qué necesitas para desarrollarlo»
Después de leerlo yo no sabía si reír o llorar… aunque estaba más cerca del llanto, lo admito. Años y años de formación, trabajo y experiencia adquirida, ¿no sirven de nada? Parece que no, que teniendo un buen discurso y sobre todo buenas financiadoras, esto de sacar una marca de Moda Sostenible es la panacea empresarial. El nicho de mercado que todas queremos enamorar.
Y nos hemos topado, en la era de la sostenibilidad, dos perfiles profesionales completamente diferentes ofreciendo aparentemente el mismo producto/servicio a las mismas consumidoras/usuarias. Pero en realidad no es así. Porque no somos el mismo tipo de empresa, ni nuestro producto es el mismo, ni nuestras clientas lo son. Tenemos nuestros propios recursos y herramientas, y es hora de empezar a quererlos y valorarlos. Y sobre todo es hora de mostrarlos sin ningún complejo.